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El poderoso encanto de los hombres "malos"

Damos la bienvenida a otra colaboradora: Débora Dora.

Es doloroso confesarlo, pero sí: los hombres que no son detallistas, los que tras una cita reaparecen semanas después, los que ponen los cuernos, los que se emborrachan sin piedad de tanto en tanto, los frágiles de temperamento, esos, sí señores, son los hombres capaces de tener literalmente a sus pies a muchas de las mejores y más inteligentes mujeres.

Los expertos en hacerse desear hasta el frenesí resumen su regla de oro en una sola frase: "trátala bien, no sea que se enamore". ¡Vaya cuento de terror! ¿Cómo entender todo lo anterior si cuando se le pregunta a una mujer qué es lo que busca en el hombre de sus sueños, sus requisitos son radicalmente opuestos a los anteriores? "Es horrible tener que reconocerlo de frente", advierte no sin cierta dosis de vergüenza Susana, una ejecutiva de 27 años respetada en su trabajo por su belleza, talento e inteligencia. "De alguna manera, a las mujeres nos gusta sentirnos amenazadas. Queremos seguridad, sí, pero también cierta dosis de misterio en nuestro hombre. Queremos amaestrarlo, sí, pero que también nos saque de la rutina. Es muy contradictorio pero así somos las mujeres. Nos gusta tener lo mejor de las dos caras de la moneda".

Pero como se trata de que aprendas lo mejor de ese mundo de los que manejan con el dedo meñique a las mujeres, no me queda otra alternativa que revelarte brevemente siete razones que te terminarán convirtiendo en el más apetecido y deseado de todos los de tu especie.

Un "malo" jamás usará el teléfono

A las mujeres nos encanta que nos llamen. Una, dos y hasta tres veces al día. Y mientras más lo hagan, mucho mejor pues, de alguna manera, esa fidelidad teléfonica nos dice qué tan enganchado a nosotras está el hombre en cuestión. La situación inversa puede resultar ventajosa y explosiva para ti. Explico los motivos: cuando se produce un inesperado silencio telefónico, la mente femenina, tan llena de ramificaciones, empieza a imaginárselo todo: no lo cautivé como yo pensaba; algo salió mal; tiene a otra mujer en su listado; o bien, no fui tan especial como creí...

Crear inseguridad. Ése es el secreto. Nada desestabiliza más a una mujer como la incertidumbre, el ver entre paréntesis sus encantos, el no ser tan deseada y deseable como ella lo imaginaba. "Al principio no me gustó mucho", dice Ana, "era atractivo, pero nada más. Me dijo que me llamaría. No lo hizo en dos semanas y mi ego se hizo trizas. Volver a salir con él se convirtió en una obsesión. Con artimañas lo busqué y ¡no me volvió a llamar! Ahora no hago otra cosa que pensar en él para seducirlo y lograr derrotarlo". Primera regla: házte desear. Sé difícil. Puedo entender que te derritas por esa mujer, pero, por favor, no seas tan obvio. ¡Que no se te note! El teléfono es una buena herramienta pues, además, evitas que ella vea que te tiene con la lengua de fuera.

Un "malo" no tendrá detalles

"No piensas en mí porque no te manifiestas con pequeñas cosas". ¿Cuántas veces no has escuchado esta misma cantaleta? Ya sabes qué son esas cosas de las que ella habla: flores, joyas, idas al restaurante, viajes. Mientras más costosas y vistosas, mejor. ¿Y sabes por qué? Porque las "cosas" simbolizan lo que sientes por ella. Mientras más regalos le hagas, más sabrá que el que está arrodillado eres tú, no ella. Pues bien. De ahora en adelante procederás de la siguiente manera: ten algún tipo de detalle tan solo una vez al mes. ¡Máximo! Ella siempre estará a la espera del anillo de compromiso, una propuesta de matrimonio en el mejor de los restaurantes, un viaje tipo luna de miel para que pueda alardear frente a sus amigas. Así que para que piense que no te tiene conquistado al ciento por ciento (cosa que la volverá loca de rabia y de ansiedad) elimina sustancialmente los regalos comprometedores. No solo te ahorrarás unos cuantos centavos, sino que cuando llegues con algo, ella hará lo que tú le pides por ese "detalle" tan excepcional en ti.

Un "malo" se mostrará insatisfecho con el sexo

Dentro de la cofradía femenina hay una premisa bien establecida: no importa cómo hagamos el amor. Los hombres, animales en constante celo, siempre están prestos a hacerlo, disfrutarlo, pedirlo, rogarlo. Manejar y satisfacer estas ganas es una de nuestras armas más poderosas. Pues bien. Nada puede volver mejor amante a una mujer que la confesión de un hombre insatisfecho en la cama. "Jamás, en mis 27 años de vida, un tipo me había dicho después de hacer el amor que no lo había disfrutado. Que yo parecía una muerta en vida", cuenta Antonia. "Me dio rabia al principio, pero luego, preocupación. Así que al día siguiente me gasté más de 400 dólares en ropa interior, películas porno, aceites y perfumes. Llegué a su casa y le dije: Pídeme lo que quieras. Lo hice. Quería saber qué era para él ser una buena amante". Ojalá te quede claro. No demuestres tanto que estás que te la devoras una y otra vez. Como en los puntos anteriores, por favor, déjala que ella dude de todo. ¡Dudará hasta de sus cualidades sexuales!

Continúa en la siguiente nota.

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